Hace más de tres años, aquel gestualizante de manos explicitas y
exministro de Álvaro Uribe llamado Juan Manuel Santos, estaba perdiendo en las
encuestas para las elecciones a la presidencia con el profesor Antanas Mockus,
tras ese inconveniente el aquel entonces candidato decide contratar (además de
la ayuda de su exjefe Uribe) a J.J Rendón, un pícaro publicista venezolano
conocido como el rey de la propaganda negra. Desde esos momentos alcanzó un
repunte en las encuestas que a la postre le permitió ganar la primera y segunda
vuelta en las urnas de votación, haciéndose así presidente con una clara
posición política de derecha.
En estos
momentos el panorama a falta de meses para las elecciones es muy diferente, si
bien aún es incierto si se reelige o no, su forma de gobernar lo tiene muy
distante de la casa de Nariño para los próximos 4 años. Si empezamos por el
hecho que tiene doble oposición, así es, Santos por muy santos que sea está
gobernando sin dios y sin el diablo. Por un lado la izquierda le da garrote
principalmente por firmar tratados de libre comercio con Raimundo y todo el
mundo, además del descontrolado ingreso de multinacionales y la desigualdad.
Por el otro bando están los Uribistas que lo acusan de traición, falta de
lealtad y omisión en su mandato, asiéndole el feo a todo lo que dice.
pero si por
aquí llueve por allá no escampa, a todo esto se le suma los constantes paros,
ya sea por su propio descuido o promesas incumplidas del anterior gobierno,
además de la perdida de mar con Nicaragua, todo esto lo ha dejado mal parado
frente a la opinión pública, dejando en el ambiente una sensación desfavorable
para él.
Aparte de la
economía la apuesta por la paz es una de las cosas rescatables de su mandato,
de hecho esa es su nueva bandera, que de la "prosperidad para todos",
se pasó a una especie de "paz para todos", dándole énfasis a lo que
es buscar la paz a través del diálogo y en medio del conflicto con las guerrillas
que se levantan en Colombia. Pero no falta la palabra de un bando de sus
detractores que proclama "paz sin impunidad", poniendo a tambalear
este proceso de la habana, que si bueno o malo de algo puede servir en un
futuro (quien sabe de pronto se termine firmando la tan anhelada paz).
En consecuencia
los libros de la registraduría están abiertos, para que los candidatos se
postulen a las elecciones de 2014 donde surgirá el próximo presidente, y a mar
de dudas me permito decir que Juan Manuel Santos tiene su reelección
envolatada.
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